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domingo, 30 de septiembre de 2012

Teotihuacanos (Colaborar)


Teotihuacanos (Colaborar)
La antigua ciudad de Teotihuacán ha tenido una gran trascendencia en el ámbito arqueológico, turístico y cultural, debido, entre otras cosas, a que las políticas institucionales del Estado han logrado el reconocimiento de su importancia en el ámbito nacional e internacional. No obstante, la población actual contigua a la Zona Arqueológica ha merecido poco análisis y atención, aun cuando existe el consenso académico de que resulta clave como potencial coadyuvante en la protección del patrimonio arqueológico sobre el que literalmente se ha asentado. En esta investigación analizamos de qué manera se construye la valoración social del patrimonio desde las identidades colectivas de los habitantes de los barrios circunvecinos a la Zona Arqueológica de Teotihuacán, considerando variables de orden histórico, legal, político, económico, laboral, educacional y religioso.

En términos culturales la ciudad arqueológica de Teotihuacán es el testimonio material de una de las ciudades prehispánicas mejor planificadas e influyentes del clásico mesoamericano. En su época se extendió por más de 22 km cuadrados ocupando prácticamente toda la superficie del valle del mismo nombre, con una población estimada en 200,000 habitantes, lo que la convierte en la sexta ciudad más poblada del mundo antiguo después de Atenas, Grecia. Esta ciudad es un símbolo del desarrollo cultural, artístico, religioso, político y social de esta cultura, y aun después de su abandono continuó siendo objeto de la construcción simbólica colectiva

La Zona Arqueológica de Teotihuacán se localiza en el estado de México, es considerado uno de los sitios prehispánicos más importantes descubiertos hasta el día de hoy. Es testimonio material de una de las ciudades prehispánicas mejor planificadas y extensas del mundo antiguo.
Es símbolo de desarrollo cultural, artístico, religioso, político y social de la cultura mesoamericana, y que aún después de su abandono continúa siendo objeto de la construcción simbólica colectiva. Por sus valores históricos, culturales y educativos, no solo es el sitio arqueológico más visitado en México, sino se ha consolidado como un destino turístico internacional.
Teotihuacán significa el “lugar donde fueron creados los dioses” y debe su nombre a los mexicas, que la llamaron así seis siglos después de su abandono. Alcanzó los 22 kilómetros cuadrados de extensión y fue uno de los polos culturales del área conocida como Mesoamérica. Su alcance abarcó desde el norte hasta el sur del México actual, así como Guatemala y Honduras, regiones con las que mantuvo un intercambio traducido en influencias estilísticas y arquitectónicas
Su valor universal se aprecia en el diseño urbano ortogonal, definido por la calzada de Los Muertos en el eje norte-sur y las canalizaciones del río San Juan en el este-oeste, disposición que se vincula con el paisaje y sus elevaciones naturales, como el cerro Gordo y la sierra de Patlachique. Sobre ese plano se trazaron calles, palacios, templos y conjuntos habitacionales con una población multiétnica dedicada a la producción artesanal, el comercio, el sacerdocio y la guerra.
También se caracterizó por su cultura material, como la pintura mural o los objetos cerámicos y de piedra ofrendados en edificios y entierros de todas las clases sociales. De sus numerosas construcciones, distribuidas en tres mil hectáreas, las más importantes se hallan en la calzada de Los Muertos, entre las que destacan las pirámides del Sol y la Luna, la Ciudadela, los conjuntos Oeste y de La Ventilla, el Gran Complejo y los palacios de Tetitla, Atetelco, Tepantitla, Yayahuala y Zacuala.



Teotihuacán son los restos de un asentamiento prehispánico de la ciudad más grande de América; Fue una de las ciudades más importantes durante el periodo clásico mesoamericano, y actualmente funge y es uno de los yacimientos arqueológicos que posibilita investigaciones científicas que permiten el entendimiento y conocimiento de los diferentes proceso sociales en
 el desarrollo de la formación del estado temprano en América. Es uno de los yacimientos arqueológicos más relevantes de Mesoamérica, que permite la investigación, de diferentes procesos sociales como: los económicos, urbanísticos, políticos, arquitectónicos, etc. Que generan una gran cantidad de conocimiento, para el entendimiento de la formación del Estado teotihuacano.

UBICACIÓN E HISTORIA DE LAS EXPLORACIONES
La ciudad antigua de Teotihuacán, se ubica en el altiplano central de México a 46 km al noreste de la ciudad de México; la Pirámide del Sol 19º 41’ 30” Latitud Norte, 98º 50’ 30” Longitud Oeste. Sobre una altitud promedio de 2,280 msnm. La historiografía de Teotihuacán se reescribe en el momento en que esta cultura colapsa. Teotihuacán nunca fue abandonada del todo, aunque el modelo cultural que se desarrolló durante los siglos I a.C. – VII d.C. desapareció y fue substituido por otras culturas que re ocuparon la ciudad. A diferencia de otros procesos culturales, las significativas estructuras de la pirámide del Sol y de la Luna nunca fueron sistemáticamente desmanteladas y, aunque vaciadas de su significado original, formaron parte de un nuevo imaginario colectivo por el fueron readaptadas a las nuevas concepciones y necesidades de los grupos dominantes. Todavía nos queda mucho por investigar en este aspecto para el periodo posteotihuacano pero cabe decir que
Teotihuacán es incorporado como parte consciente del proceso de conformación y desarrollo del creciente poder mexica, sobre todo a partir del reinado de Itzcoatl (1428-1440). Es probablemente durante el postclásico tardío que Teotihuacán se “construye” bajo la denominación de la Pirámide del Sol, de la Luna, la Calzada de los Muertos cuyas designaciones responden más a un modelo de la cosmovisión mexica que teotihuacana. Asimismo Teotihuacán se convirtió en el escenario donde los mexicas consideraron que se inició el Quinto Sol, es decir el origen mismo del mundo actual. 

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