Teotihuacanos (Colaborar)
La antigua ciudad de Teotihuacán ha
tenido una gran trascendencia en el ámbito arqueológico, turístico y cultural,
debido, entre otras cosas, a que las políticas institucionales del Estado han
logrado el reconocimiento de su importancia en el ámbito nacional e
internacional. No obstante, la población actual contigua a la Zona Arqueológica
ha merecido poco análisis y atención, aun cuando existe el consenso académico
de que resulta clave como potencial coadyuvante en la protección del patrimonio
arqueológico sobre el que literalmente se ha asentado. En esta investigación analizamos
de qué manera se construye la valoración social del patrimonio desde las
identidades colectivas de los habitantes de los barrios circunvecinos a la Zona
Arqueológica de Teotihuacán, considerando variables de orden histórico, legal,
político, económico, laboral, educacional y religioso.
En términos culturales la ciudad
arqueológica de Teotihuacán es el testimonio material de una de las ciudades
prehispánicas mejor planificadas e influyentes del clásico mesoamericano. En su
época se extendió por más de 22 km cuadrados ocupando prácticamente toda la
superficie del valle del mismo nombre, con una población estimada en 200,000
habitantes, lo que la convierte en la sexta ciudad más poblada del mundo
antiguo después de Atenas, Grecia. Esta ciudad es un símbolo del desarrollo
cultural, artístico, religioso, político y social de esta cultura, y aun
después de su abandono continuó siendo objeto de la construcción simbólica
colectiva
La Zona Arqueológica de Teotihuacán
se localiza en el estado de México, es considerado uno de los sitios
prehispánicos más importantes descubiertos hasta el día de hoy. Es testimonio
material de una de las ciudades prehispánicas mejor planificadas y extensas del
mundo antiguo.
Es símbolo de desarrollo cultural,
artístico, religioso, político y social de la cultura mesoamericana, y que aún
después de su abandono continúa siendo objeto de la construcción simbólica
colectiva. Por sus valores históricos, culturales y educativos, no solo es el
sitio arqueológico más visitado en México, sino se ha consolidado como un
destino turístico internacional.
Teotihuacán significa el “lugar
donde fueron creados los dioses” y debe su nombre a los mexicas, que la
llamaron así seis siglos después de su abandono. Alcanzó los 22 kilómetros
cuadrados de extensión y fue uno de los polos culturales del área conocida como
Mesoamérica. Su alcance abarcó desde el norte hasta el sur del México actual,
así como Guatemala y Honduras, regiones con las que mantuvo un intercambio
traducido en influencias estilísticas y arquitectónicas
Su valor universal se aprecia en el
diseño urbano ortogonal, definido por la calzada de Los Muertos en el eje
norte-sur y las canalizaciones del río San Juan en el este-oeste, disposición
que se vincula con el paisaje y sus elevaciones naturales, como el cerro Gordo
y la sierra de Patlachique. Sobre ese plano se trazaron calles, palacios,
templos y conjuntos habitacionales con una población multiétnica dedicada a la
producción artesanal, el comercio, el sacerdocio y la guerra.
También se caracterizó por su
cultura material, como la pintura mural o los objetos cerámicos y de piedra
ofrendados en edificios y entierros de todas las clases sociales. De sus
numerosas construcciones, distribuidas en tres mil hectáreas, las más
importantes se hallan en la calzada de Los Muertos, entre las que destacan las
pirámides del Sol y la Luna, la Ciudadela, los conjuntos Oeste y de La
Ventilla, el Gran Complejo y los palacios de Tetitla, Atetelco, Tepantitla,
Yayahuala y Zacuala.
Teotihuacán son los restos de un
asentamiento prehispánico de la ciudad más grande de América; Fue una de las
ciudades más importantes durante el periodo clásico mesoamericano, y
actualmente funge y es uno de los yacimientos arqueológicos que posibilita
investigaciones científicas que permiten el entendimiento y conocimiento de los
diferentes proceso sociales en
el desarrollo de la formación del estado
temprano en América. Es uno de los yacimientos arqueológicos más relevantes de
Mesoamérica, que permite la investigación, de diferentes procesos sociales
como: los económicos, urbanísticos, políticos, arquitectónicos, etc. Que
generan una gran cantidad de conocimiento, para el entendimiento de la
formación del Estado teotihuacano.
UBICACIÓN
E HISTORIA DE LAS EXPLORACIONES
La ciudad antigua de Teotihuacán, se
ubica en el altiplano central de México a 46 km al noreste de la ciudad de
México; la Pirámide del Sol 19º 41’ 30” Latitud Norte, 98º 50’ 30” Longitud
Oeste. Sobre una altitud promedio de 2,280 msnm. La historiografía de Teotihuacán
se reescribe en el momento en que esta cultura colapsa. Teotihuacán nunca fue
abandonada del todo, aunque el modelo cultural que se desarrolló durante los
siglos I a.C. – VII d.C. desapareció y fue substituido por otras culturas que
re ocuparon la ciudad. A diferencia de otros procesos culturales, las
significativas estructuras de la pirámide del Sol y de la Luna nunca fueron
sistemáticamente desmanteladas y, aunque vaciadas de su significado original,
formaron parte de un nuevo imaginario colectivo por el fueron readaptadas a las
nuevas concepciones y necesidades de los grupos dominantes. Todavía nos queda
mucho por investigar en este aspecto para el periodo posteotihuacano pero cabe
decir que
Teotihuacán es incorporado como
parte consciente del proceso de conformación y desarrollo del creciente poder
mexica, sobre todo a partir del reinado de Itzcoatl (1428-1440). Es
probablemente durante el postclásico tardío que Teotihuacán se “construye” bajo
la denominación de la Pirámide del Sol, de la Luna, la Calzada de los Muertos
cuyas designaciones responden más a un modelo de la cosmovisión mexica que
teotihuacana. Asimismo Teotihuacán se convirtió en el escenario donde los
mexicas consideraron que se inició el Quinto Sol, es decir el origen mismo del
mundo actual.
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